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Hábitos, neurociencia y la temida lista de proposiciones de fin de año

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New-Year Resolutions list med

por Hugo Nisembaum

“Somos lo que hacemos repetidamente.

La excelencia, por lo tanto, no es un hecho, es un hábito.” – Aristóteles

 

¡La frase pronunciada por este respetable señor envuelto en su túnica en alguna esquina de Atenas resuena hasta hoy!  

 

Ok querido Aristóteles entendimos el mensaje, pero si lo que tengo hecho repetidamente no me lleva a la excelencia, ¿cómo hago para cambiar?

 

El fin de año está llegando y comenzamos a hacer una lista de proposiciones para 2018 y para no frustrarnos pienso que algunos estudios sobre hábitos, gestión de energía e fuerza de voluntad pueden traer recomendaciones importantes para cumplir este desafío.

Un estudio realizado por J.C. Norcross muestra que 25% de las personas abandonan sus planes después de una semana y 60% después de seis semanas y algunas repiten las proposiciones no cumplidas del año anterior sin éxito.

 

Creo que entender como el cerebro funciona puede ayudar en ese proceso de cambio.

 

Generalmente cumplimos la 1ª etapa de cambio que es tomar conciencia de la necesidad de cambiar, pero cambiar no depende solo de la parte consciente de nuestro cerebro.

 

Incorporar una nueva forma de actuar y de pensar depende también de las partes más primitivas de mi cerebro que están vinculadas a la emoción y a los comportamientos automáticos. Son en esas áreas que se forman los hábitos.

 

Por tanto para conseguir cambiar considere dos elementos em el proceso:

 

Emociones positivas a lo largo del proceso: normalmente nos concentramos en el resultado final y no festejamos las pequeñas recompensas a cada etapa del cambio. Coloque pequeñas recompensas cada vez que concluya acciones que lleven al nuevo hábito.

 

La constancia es muy importante para hacer aquel hábito automático, salir para andar o correr pasa a ser algo necesario como tomar baño o cepillar los dientes.

 

Hasta allí puede sonar mal esa historia de modo automático, no cuando se trata de un hábito positivo incorporado de manera consciente. Un músico estudia la parte técnica para no tener que pensar en la parte mecánica de la ejecución y si en el sentimiento e interpretación que quiere dar a aquella canción.

 

No intente incorporar muchos hábitos de una vez, elija uno o dos, substituya un ritual negativo por un ritual positivo.

 

Existe una razón del porque no elegir una infinidad de cosas para cambiar, Roy Baumeister hizo un estudio sobre fuerza de voluntad y concluyo que ella es como un músculo que precisa de trabajo, pero también precisa de reposo. Si coloco muchos elementos de cambio simultáneos tengo desgaste y dispersión de energía.

 

Es importante reconocer, respetar nuestros límites para ir ampliando a lo largo del camino.

No es una cuestión de administrar mejor mi tiempo. Es si una cuestión de gerenciar mis energías, estas sí son renovables. El tempo no.

 

Hoy sabemos que el desempeño diferenciado depende de un ciclo de concentración, descanso y renovación. Los crono-biólogos, que estudian los relojes biológicos (tema premiado con reciente Premio Nobel) nos aconsejan a respetar eses ciclos, no solo noche y día conocidos como ritmos circadianos, sino también espacios menores de tiempo, los llamados ciclos ultradianos, de 90 minutos.

 

Estudios muestran que atletas, músicos y profesionales de desempeño destacados organizan su día no como un maratón y si con períodos de concentración (90 minutos) descanso e renovación.

 

Más que nunca precisamos de esa renovación continua como estrategia para permanecer productivos entre períodos de intenso esfuerzo y períodos de renovación. Esa renovación puede ser pasiva (descanso, siesta o meditación) o activa (una caminada, o un tiempo en el gimnasio).

 

¿Ahora, pensando en las proposiciones del próximo año, que quieres cambiar en tu forma de trabajar?

 

Elije una rutina que quieras cambiar, comienza con una. Festeja los resultados de ese primero cambio.

 

Sé preciso y especifico en lo que quieras cambiar, por ejemplo, mis reuniones no tendrán más que 90 minutos, se resuelvo dar un tiempo después de almuerzo, en esa hora no estoy para nadie.

 

Manifieste de forma clara sus proposiciones y consiga los cómplices (amigos, colegas, familia)

que serán su apoyo.  

 

Yo me invito y invito todos a vencer esas estadísticas que presentamos al inicio de nuestro artículo.

 

Que tengamos un año de 2018 de renovación con energía suficiente para enfrentar los desafíos que se presentan y principalmente que esa renovación contribuya para sentirnos más plenos e felices.